Reproducción
Los últimos estudios han evidenciado que existe una relación alta entre el consumo de café y el retraso en la concepción, además que su consumo en el embarazo puede ser contraproducente, aunque no está asociado con malformaciones, se sabe que la mujer embarazada disminuye su habilidad para metabolizar la cafeína de manera lineal con el progreso de su embarazo, además que la cafeína atraviesa la barrera feto-placentaria afectando el producto, que por su inmadurez tampoco puede metabolizar la cafeína y esta se acumula relacionándose con prematuridad y bajo peso al nacer.
El consumo de café durante el embarazo esta directamente asociado al riesgo de aborto espontáneo, entre 80% cuando se toman de 4 a 7 tazas/día y 300% cuando se consumen más de 8 tazas/día.
En la lactancia la cafeína puede pasar a la leche materna y en exceso puede causar insomnio e irritabilidad en los lactantes, por la misma razón los niños no deben consumir café ya que es supresor del apetito y en los niños hiperactivos puede ser un agravante de esta condición.
El café también se restringe en otras patologías como la dismenorrea porque favorece la producción de catecolaminas aumentando la rigidez muscular.
De igual forma se relaciona con la presencia de migraña, por su capacidad de estimular el sistema nervioso y aumentar la resistencia vascular cerebral, causando vasoconstricción, posiblemente neutralizando la acción vasodilatadora de la adenosina endógena, sin embargo es esta característica la que potencializa la acción de algunos analgésicos, incluso los antimigrañosos, además de que mejora la absorción de ellos.
En la suplementación de estrógenos en mujeres que consumen altas cantidades de café, se debe tener en cuenta que el CYP450 también metaboliza estrógenos, por lo que al competir por la enzima, los contraceptivos orales o las hormonas post menopausicas inhiben el metabolismo de la cafeína
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