miércoles, 25 de noviembre de 2015

Susceptibilidad a los efectos del café
Los síntomas anteriores tanto positivos, como negativos son variables en cada persona, en algunas el consumo no hace la diferencia con cualquier otra bebida y esto, según las últimas investigaciones puede deberse a la presencia de la proteína DARPP-32, la cual es activada por el receptor A2A que media la capacidad del café para causar un efecto estimulante, determina la duración y puede vincularse con la adicción.
El-Yacoubi y Cols., en un estudio experimental tomaron un grupo de ratas que por manipulación genética carecían del receptor A2, y otro grupo de ratas que tenían el receptor. Inicialmente a los dos grupos se les administró infusión de cafeína y agua en las mismas cantidades durante 12 días. En los 12 días siguientes, se les ofreció a los dos grupos infusión de cafeína y agua en botellas a libre demanda. Los ratones deficientes del receptor de adenosina A2 bebieron menos solución de cafeína, lo cual sugiere que el receptor de la adenosina A2, desempeña un papel importante en la sensibilidad a los efectos de la cafeína.
Si bien estos estudios son experimentales, es evidente que cada persona presenta diferente susceptibilidad a los efectos del café en el organismo, esto se relaciona también con la edad, por ejemplo las personas mayores de 65 años aumentan la sensibilidad a la cafeína, por lo que deben evitar el consumo de café o cambiarlo por descafeinado.
El consumo frecuente de café puede causar dependencia y desarrollar tolerancia: se necesita aumentar el consumo para experimentar bienestar; la cafeína tiene un efecto prolongado: una vida media de 4 horas, al aumentar la dosis se puede producir agitación, temblor, insomnio, taquicardia y molestias gastrointestinales, y cuando se aumenta demasiado, puede ser peligroso, puesto que puede desencadenar ansiedad, trastornos del sueño, intoxicación e incluso la muerte cuando se llegan a consumir 10 gramos de cafeína en menos de dos horas.
Las características farmacológicas de la cafeína también son responsables del llamado síndrome de abstinencia cuando una persona trata de suspender el consumo, se caracteriza por dolor de cabeza, somnolencia, irritabilidad, náuseas, vómito y otros síntomas.

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